Durante mis viajes de visita a Trujillo, he decidido, en ocasiones, viajar por la carretera que de Yoro, la ciudad donde resido, conduce hasta la ciudad de Olanchito, pasando por el municipio de Jocón y , en uno de sus múltiples y bellos parajes me he encontrado con un árbol que me ha llamado mucho la atención, su porte desafiante e imponente en una intersección o desvío del citado camino es totalmente atípico, ya que es una combinación de un árbol y un parasito del mismo reino vegetal que en lenguaje común y silvestre los hondureños bien nacidos conocemos como "matapalo" han creado una muy interesante composición, para evocar términos relacionados con la fotografía, que podría causar fácilmente un púgil debate entre lo tétrico y lo etéreo y hasta rayando en el histrionismo; en fin, me declaro partidario de la segunda opción y he aquí punto crítico de mi comentario, ya que trata de una simbiosis muerta, ambos exponentes de la flora de nuestro amado país, se encuentran totalmente secos, sin embargo, dispuestos y empecinados en mantenerse firmes a pesar de su condición, y esto nos puede hacer reflexionar que debemos luchar en vida en la lucha por alcanzar "metas" porque en estos tiempos que vivimos es lo que menos se plantean muchos jóvenes y aún adultos, pero lo rescatable es porque encuentro belleza en esta árbol muerto?, pues mi postura es que si logramos las metas que nos proponemos y, estas van más allá de deseos mezquinos y egoístas, dicho de otra forma metas que te permitan trascender, déjame decirte que tu legado permanecerá vivo por muchas generaciones aún mucho después que hayas muerto, si existe la posibilidad de que tu que lees estas humildes palabras posees privilegios en donde tengas el poder para marcar la vida de un prójimo de manera positiva te animo y más que animarte te ruego que hagas uso de ese poder para ayudar a los demás y trascender, eso le dará belleza a tu vida aún después de tu muerte.